Ver fluir por la superficie de un plato nuestro aceite de oliva virgen extra de Manzanilla Cacereña anticipa el placer de su sabor puro, profundo y vivo. En crudo o incorporado a la cocción, es un componente imprescindible de la cocina tradicional de nuestra tierra. Sus propiedades lo hacen también muy indicado en la gastronomía más actual.
Su aroma es exclusivo, único, diferente. De gran complejidad y múltiples sensaciones. Irrumpe con un intenso frutado verde, de manzana y hoja, con una nitidez que recuerda a la frescura de los frutos de verano. Aparecen también notas de plátano, alloza, flores y vainilla, pimienta y canela. Y en el trasfondo, la evocación de un bosque de encinas, el ambiente de su origen.
La boca es pura y limpia, dulce al principio y enseguida envolvente con su cálido amargor, su viveza, su medido picor.
Y el final, lleno de energía tranquila y persistente, con un recuerdo a hoja y aceituna verde, esencia de naturaleza. MO reconforta como una invocación a elementos básicos y eternos. Pan, agua fresca, romero y jara, higos y uvas. La piedra, el tronco, la flor.